existe un dicho de que la fotografía nos roba el alma.
Al menos creo, se pensaba antes eso.
en mi caso la forza me devolvió la mía.
En una historia breve de mis 25, por mis 26 hasta mis ahora 27.
En unas cuántas fotografías.
Ver mi mirada, reflexionarla.
Soy juez.
Mi mirada lo muestra todo...
Verla frágil ahora, nublada. Las experiencias de los dos últimos años, la sensación de perder la que tenía antes y que jamás podré recuperarla.
Por el contrario, llegó un curandero.
Creo firmemente que la tendré de vuelta.
Lo más pronto.
Y yo ayudé...
Me he imaginado plena
como lo he venido trabajando con mucho esfuerzo.
Empecé.
Logré en viaje solitario, después de dos años.
Rodeada de silencio, árboles y mucho campo.
Aves y vacas trabajadoras. Patos incansables pescadores.
Probe el dolor natural.
El río fue frío. Más de lo que yo pensaba.
Único y singular dolor.
Me hizo temblar pero me hizo reír el miedo.
Lejos de sentir frío, mi mirada cubierta de azul turquesa.
Los ríos azul turquesa de la huasteca.
el campo
cascadas
La fotografía roba el tiempo para sanar el alma.