Los grandes amores de mi vida, me han pasado por las narices. Solamente de vez en cuando me atrevo a olerles y a mirarles con deseo en mis ojos .
Los quiero a lo lejos, para que solamente así puedan ser eternos; ni culpables, ni decepcionantes. Ellos a la altura de la lejanía, es como mejor se apegan a mi memoria celosa, necia y selectiva.
Los quiero a lo lejos, para que solamente así puedan ser eternos; ni culpables, ni decepcionantes. Ellos a la altura de la lejanía, es como mejor se apegan a mi memoria celosa, necia y selectiva.
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