lunes, marzo 26, 2007

escribiendo sobre la servilleta.

Yo le quiero llamar deslumbramientos, a los que se logran una vez que empiezas a ceder un poco de fe ciega a algo que no puedes tocar, ni oler, ni probar.

El deslumbramiento te da libertad de palpar posibilidades; usar el instinto propio que parece desmoronarse constantemente por el pequeño roce logrado. Es cuando mi imaginación prende marcha, qué mejor.
Imaginar cómo es que podría estar compuesto tu olor es una locura que me hace feliz por las tardes, cuando descanso mis pies sobre la mesita de la sala.


No hay comentarios: