Ella es como mis ojos, que les permite verme en próximos 30 años más. Yo soy como su bagón lleno de pasajes de su adolescencia madura que le hacen vibrar de nuevo.
Reímos y desgajamos al hablar de hombres con armadura quebrantable y además, lloramos de risa y angustia en los relatos.
La mejor relatadora ella, porque se incha de histrionismo y me hace vivir lo sucedido. La que cierra con broche de oro, yo: porque me doblo de risa y ella me secunda, al contarle que mi buen mozo al discutir de nosotros, se avienta metáforas, que al principio pudieran darme coraje por no ser del todo relacionadas al punto de la lucha. Pero terminan dándome risotadas con llanto de felicidad de confirmar que estoy, con un loco.
Reímos y desgajamos al hablar de hombres con armadura quebrantable y además, lloramos de risa y angustia en los relatos.
La mejor relatadora ella, porque se incha de histrionismo y me hace vivir lo sucedido. La que cierra con broche de oro, yo: porque me doblo de risa y ella me secunda, al contarle que mi buen mozo al discutir de nosotros, se avienta metáforas, que al principio pudieran darme coraje por no ser del todo relacionadas al punto de la lucha. Pero terminan dándome risotadas con llanto de felicidad de confirmar que estoy, con un loco.
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