jueves, enero 07, 2010

Tira flechas y haz una Diana.


por segunda vez esta tarde, hice una parada en el Bistrot 61 de la Roma, tan sólo para comprarme un express cortado doble y así seguir con el jaloneo de pendientes para terminar el día.

Mientras esperé el café, un hombre llegó a sentarse en una mesa. Pero antes, él me vió, yo lo ví...y se acercó. Me preguntó qué hacía otra vez en ese lugar. Le contesté que volví por un café, pero lo miré un poco extrañada de por qué se había dado cuenta que era la segunda vez en ese día que estaba yo ahí. Después confirmó que me vió comer ahí hacía unas horas, que incluso me había escuchado conversar de una manera muy serena y muy propia. Le devolví una expresión de incredulidad ante lo que me dijo porque, según yo, hablo con todo palabrerío y altisonancia; menos con serenidad, ni propiedad. Pero está bien (después reflexioné: sí, solamente cuando quiero o debo).

Continuó afirmándome con un movimiento en su cabeza y su voz enfática, que era cierto lo que me dijo, observó en mí. Luego siguió para contarme que era escritor y músico, de Buenos Aires. Yo lo felicité por ser eso, y porqué además se veía feliz de poderlo seryhacer.
Además me preguntó qué era yo y esperando él, supongo algo emocionante como respuesta de mi parte. Guardé un silencio y le dije que me tenía que ir. Entonces me retó añadiendo a mi silencio: seguramente eres de las que tiras Flechas...
Tiré una risa, por lo abrupto que fue con sus diálogos y lo miré con muchísimo espanto, supongo que hice un gesto de interrogación en toda mi cara. Sí, me dijo, flechas de Diana. Cada que tiras una flecha, haces una Diana.

Le volví a sonreír, y dije: sí, claro que sí.





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