martes, agosto 25, 2009

Lucky strike.

Una chica indecisa recorre el pasillo de un lado a otro. Tiene una gata y ésta la sigue detrás de sus pasos y a veces se detiene a lamerse el lomo.

Ella en ocasiones voltea hacia la felina para mirarla esperando que le hable y le dé la respuesta...

Después la chica se encuentra en un sitio donde se ha ido la luz. Es un claustro, con una fuente que rodea todo el espacio abierto. Entra a ese lugar donde los placeres para el paladar son caros.
Recorre el pasillo a oscuras que la llevará hasta los asientos en donde decide aislarse y mientras un saxofonista toca algo de Caetano Veloso, ella piensa, como siempre, que algo le premia en algún sentido.

Los serviles comienzan a encender velas para no dejar en la penumbra las paredes del lugar. Ella los mira, luego al músico, luego a un personaje alto que se acerca mientras ella sopla el humo del cigarro desde su boca.

En la sobremesa está rodeada de tantas personas desconocidas que a ella le parece no estar en el tiempo preciso, ni en el lugar indicado. Decide disfrutarlo. Toma de nuevo la copa de vino mientras hace otro recorrido con la mirada a todos los de ahí. Se la aproxima para darle un sorbo, cierra los ojos, aprieta ligeramente la boca y deja después que su paladar se inunde de eso que la hace sentir más aislada aún.

Sigue con los ojos cerrados porque ella finge dormir mientras dos amigos entre sí hablan frente a ella. Hacen declaraciones muy abruptas sobre lo que es el amor entre un hombre y una mujer. Sobre lo que son las mujeres, cómo hay que tratarlas. Ella siente que tiene que despertar para vomitar, vomitarlo todo, porque no soporta escucharlos cómo hablan de las mujeres. Las odian, no las aman.
Siente una ansiedad, quiere reaccionar, despertar y gritarles...Despierta y simula, que ha dormido bien, que nadie le perturba su sueño lastimero, ni que tampoco se ha dado cuenta de sus pensamientos más superficiales.

En el mercado cerca de su casa, ella comienza a llorar de la manera más fina, silenciosa y limitadamente, a nadie aturde y nunca nadie se percata cuando le sucede. Está sentada en una mesa, y espera que le sirvan el primer expreso cortado de la mañana.

Cuando se suena la nariz, después de haber limpiado primero sus lágrimas. Le viene un pensamiento...

Éste Sábado, conozco a alguien por la noche que me pregunte -¿estás enamorada?- Y después de eso... besa mi boca.





3 comentarios:

Halogeno dijo...

esta semana mi mision es que me manden al WTC para el 4 de sept, yeah...ahi aviso. Ill take your word

ana dCardona dijo...

take it!
cross finger!

Anónimo dijo...

...Otra version...

Todo lo que resuena tiene distintas tibiezas.
Vengo de la calle, me duelen los pies y siento mis zapatos.
Tomo una olla y prendo el fuego para prepararme agua.
Tomo de los bordes el balde con agua, el metal esta quieto y frio (otra frecuencia). Lo lleno de agua fria igual que el metal y lo apoyo sobre la hornilla.
Espero sentado, siento a traves de la tela de mi ropa la temperatura distinta de la silla, otra musica, apoyo mis pies y mis zapatos sobre la tierra del suelo.
(estoy construyendo mi casa)(2004).
Espero de nuevo. Pasa la luz por la ventana abierta. Quiza el agua este tan tibia como la luz o mas.
El agua ya caliente se mezcla con el aire.
Apoyo el balde en el suelo. Desprendo los cordones de mis zapatos (otra tibieza) me saco los zapatos con trabajo.
Por fin tengo los pies sobre una tela y luego los pongo en el balde
que placer, juego con mis dedos libremente dentro del agua que resuena como una musica de infinitos gustos de agua tibios.
Una mujer esta en el bano, desnuda, su ropa
seca esta sobre el suelo mojado.
La ropa va absorbiendo poco a poco el agua.

R.