Hasta que crecí, formé parte de esos creyentes quienes consideraron por muchos años que existía un gobierno, un país mejor formado y operado, que el propio.
Cada mañana puedo leer el periódico de cualquier país, en cualquier idioma (porque existen traductores automáticos) y ahora soy de los creyentes que, no hay países, ni gobiernos perfectos.
Quiero creer solamente en que un ente como yo es capaz únicamente de hacer las cosas lo mejor posible.
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