viernes, junio 25, 2010

con lluvia y músicos afuera...

Estaba al final de la escalinata y agradecí a esos músicos por todas las piezas. Más por aquellas tres que inesperadamente me habían concedido.
El Director de la pequeña orquesta me confesaba, cuáles habían sido de sus presentaciones remuneradas, más memorables:

-una vez en una boda, mientras tocábamos, la novia brindaba junto con el novio, de sus copas de champagne y con esa tradición de beber de las copas que contienen los anillos de la unión. Repentinamente la pobre novia estuvo a punto de morir en el brindis...literalmente se ahogaba, tragándose por la boca, el anillo de compromiso.
-unos narcos nos contrataron para tocar. Sin esperar que fueran más de 7 horas, ellos nos "pidieron" que siguieramos tocando. Eramos yo, que soy guitarrista, y mi colega el violinista a quienes nos pidió de la nada, estrenar un piano de cola recién comprado. Fuimos honestos y le confesamos que no sabíamos tocarlo. Y pues siendo quienes nos lo pidieron no sé ni cómo, pero lo hicimos y tuvimos que poner a sonar en ese piano, con acordes inimaginables.

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