Un fragmento de la novela de Kundera, Identidad. Describe tal cual mis movimientos de este último mes, mis movimientos en acciones, pensamientos y deseos que pasan una y otra vez conforme han transcurrido esos días...(suspiro).
[...]
-Bajamos cada vez más hacia las profundidades-dijo ansiosa la señora.
-Allí donde se haya la verdad- dijo Chantal.
-Allí donde- ponderó Leroy-se encuentra la respuesta a su pregunta: ¿por qué vivimos? ¿Qué es lo esencial en la vida?- Y mirándola fijamente -: Lo esencial en la vida es perpetuar la vida: es alumbrar, y lo que le precede, el coito, y lo que precede al coito, o sea los besos, el cabello al viento, las bragas, los sostenes con estilo y todo lo que predispone al coito, las grandes comilonas, no la gran cocina, esa cosa superflua que ya nadie aprecia, y, después, defecar, porque, usted conocerá de sobra, mi pequeña señora, mi adorada y hermosa señora, el lugar destacado que ocupan en nuestra profesión el papel higiénico y los pañales. Papel higiénico, pañales, coladas, comilonas. Es el sagrado círculo del hombre, y nuestra misión no sólo en descubrirlo, captarlo y delimitarlo, sino convertirlo en algo bello, transformarlo en cántico. Gracias a nuestra influencia, el papel higiénico es casi exclusivamente de color rosa; es un hecho altamente edificante que le recomiendo medite a fondo, mi querida y ansiosa señora.
-Pero entonces es la miseria, la miseria- dijo la señora, con la voz vibrante, como la queja de esa mujer violada-, ¡es la miseria maquillada! ¡Somos los maquilladores de la miseria!
-Sí, exactamente- dijo Leroy , y Chantal entendió por ese exactamente el placer que le producía la queja de la señora distinguida.
-Pero en tal caso, ¿dónde queda la grandeza de la vida? Si estamos condenados a las grandes comilonas, al coito, al papel higiénico ¿quiénes somos? Y si sólo somos capaces de eso, ¿cómo sentirnos orgullosos de que seamos, como se nos dice, seres libres?
[...]
y después, está mi carrusel de nubes de esa foto. Playa muñecos. No es la foto real, pero sí la estampa de lo que vi este domingo...con nublado atardecer!
vidita.
-Bajamos cada vez más hacia las profundidades-dijo ansiosa la señora.
-Allí donde se haya la verdad- dijo Chantal.
-Allí donde- ponderó Leroy-se encuentra la respuesta a su pregunta: ¿por qué vivimos? ¿Qué es lo esencial en la vida?- Y mirándola fijamente -: Lo esencial en la vida es perpetuar la vida: es alumbrar, y lo que le precede, el coito, y lo que precede al coito, o sea los besos, el cabello al viento, las bragas, los sostenes con estilo y todo lo que predispone al coito, las grandes comilonas, no la gran cocina, esa cosa superflua que ya nadie aprecia, y, después, defecar, porque, usted conocerá de sobra, mi pequeña señora, mi adorada y hermosa señora, el lugar destacado que ocupan en nuestra profesión el papel higiénico y los pañales. Papel higiénico, pañales, coladas, comilonas. Es el sagrado círculo del hombre, y nuestra misión no sólo en descubrirlo, captarlo y delimitarlo, sino convertirlo en algo bello, transformarlo en cántico. Gracias a nuestra influencia, el papel higiénico es casi exclusivamente de color rosa; es un hecho altamente edificante que le recomiendo medite a fondo, mi querida y ansiosa señora.
-Pero entonces es la miseria, la miseria- dijo la señora, con la voz vibrante, como la queja de esa mujer violada-, ¡es la miseria maquillada! ¡Somos los maquilladores de la miseria!
-Sí, exactamente- dijo Leroy , y Chantal entendió por ese exactamente el placer que le producía la queja de la señora distinguida.
-Pero en tal caso, ¿dónde queda la grandeza de la vida? Si estamos condenados a las grandes comilonas, al coito, al papel higiénico ¿quiénes somos? Y si sólo somos capaces de eso, ¿cómo sentirnos orgullosos de que seamos, como se nos dice, seres libres?
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y después, está mi carrusel de nubes de esa foto. Playa muñecos. No es la foto real, pero sí la estampa de lo que vi este domingo...con nublado atardecer!
vidita.
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