Tengo un libro que he tenido miedo de empezarlo a leer, Teatro completo de Rodolfo Usigli; es que presiento que dejaría puertas abiertas.
Me dan miedo dejarlas así. Mejor ahí está bien, algún día.
Tengo un libro que he tenido miedo de empezarlo a leer, Teatro completo de Rodolfo Usigli; es que presiento que dejaría puertas abiertas.
Me dan miedo dejarlas así. Mejor ahí está bien, algún día.
Cuando iba a teatro me gustaba más jugar adentro y afuera
Una vez en algún ensayo cada quien tuvimos que hacer algo que no haríamos en público
Todo el tiempo dentro y fuera para jugar.
Agarré con tal firmeza y apreté por unos instantes mis pechos de una forma tan natural mientras decía algunas líneas que venían a mi cabeza acerca del estado del cuerpo.
Me volvía niña y Nicolás nos decía: jueguen!.
Me sentí tan bien.
Jueguen porque esto es así, el que no quiera jugar no sirve para esto.
En este último número de la revista Tempestad, aparece la fotografía del rostro de Cortázar. Lo miro, el no me mira a mí porque su punto focal está fuera de cuadro, su mirada se dirige hacia algo que piensa. Hacia algo en el piso o hacia algo a la altura de las espinillas de alguien que tiene de frente. Está barbón, greñudo, con pecas y arrugas en la cara...
ya sé, me enamoré de sus canas
y su saco viejo.
¿por qué querer convertirnos en “FAMILIA” (Fabricación Artificial de Males Interminables y de Linfático e Intenso Aburrimiento)? ¿No te parece lamentable tener hijos? ¿Todas esas románticas parejas que ya sólo hablan de su pequeñín? ¿Te parecen sexys, los hermanos Gallagher limpiando el culo a sus hijos? ¡Hay que ser escatófilo! ¡Además, en mi deportivo BMW Z3 no cabe una sillita para niños!